Cardiología, ejercicio y deportes

Por Roberto Peidró

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Dario Lipovich

Responsable Comex

Sobre este libro:

El objetivo de este libro es ofrecer a médicos cardiólogos, especialistas en medicina del deporte y generalistas, así como profesores de educación física, kinesiólogos y estudiantes de ciencias del deporte, los conocimientos actuales y la experiencia profesional de los autores en los aspectos relacionados con el aparato cardiovascular, el ejercicio y el deporte. La obra da cuenta de la programación de ejercicios a partir del conocimiento profundo de la fisiología del ejercicio y el entrenamiento, los efectos de un programa de ejercicios para la prevención y rehabilitación de enfermedades cardiovasculares, la descripción de los exámenes médicos que utilizan el ejercicio para el estudio de individuos sanos o con sospecha de enfermedad, los métodos diagnósticos y evaluativos indicados para la evaluación de personas involucradas en el ejercicio y el deporte. Se presentan casos clínicos y se ofrecen sugerencias y recomendaciones sobre conductas ante atletas con cardiopatías. Se incluyen capítulos específicos acerca del desarrollo del deporte en la altura, la inmersión y las temperaturas extremas, y también la práctica deportiva en mujeres y en niños. La última sección hace referencia a la preparación general del deportista en términos de entrenamiento, nutrición, cualidades especiales y prevención de lesiones.

Fragmento:

Pensar en cardiología del deporte, no solo en Argentina sino en todo el mundo de habla hispana, nos lleva obligatoriamente a la figura del Dr. Roberto Peidro. Además de ser una referencia en esta subespecialidad, que en las últimas tres décadas se ha consolidado como un área diferenciada tanto de la cardiología como de la medicina del deporte, el Dr. Roberto Peidro reúne, entre muchas otras cualidades, la de haber sido deportista de competición. Seguramente su pasión por el fútbol convivía desde niño con un interés, innato en todo médico, por ayudar a los demás, lo que le llevaría a aprovechar todo su tiempo libre para estudiar Medicina y, posteriormente, especializarse en el cuidado de la salud cardiovascular de deportistas y personas aficionadas o no al deporte, de cualquier edad y condición.  Tuve la fortuna de coincidir con Roberto por primera vez en Santiago de Chile a finales de la década del 90. Tanto en ese primer encuentro como en ocasiones posteriores, en las que afortunadamente hemos podido seguir coincidiendo a uno y otro lado del Atlántico, siempre he percibido esa combinación ideal de cualidades que hacen de Roberto Peidro no solo un gran médico y cardiólogo con especial interés en el deporte, sino también un excelente ser humano. Su gran conocimiento y experiencia clínica, el afán por llevarlos a su práctica clínica diaria para ayudar tanto a deportistas como a pacientes y también sus ganas de transmitirlo en conferencias, artículos y libros, no solo con sencillez sino también con el gran sentido del humor que lo caracteriza. Por último, ese valor añadido que supone el haber sido deportista y que, desde mi punto de vista, es casi imprescindible para comprender el sentir del deportista/paciente, son de gran ayuda en la toma de decisiones con frecuencia complicadas.  En nuestra sociedad actual existe una clara tendencia a que cada vez un mayor número de personas lleven una vida sedentaria, hecho que influye de forma determinante en la progresión de la pandemia de la obesidad y con ella de la prevalencia de hipertensión arterial y diabetes tipo 2. Hoy en día, numerosas sociedades médicas propugnan la práctica de actividad física de forma regular como una de las medidas esenciales, tanto en la prevención como en el tratamiento de estos factores de riesgo cardiovascular. Por otro lado, esto ha influido de forma positiva en la sociedad llevando a que en las últimas dos décadas el número de practicantes de actividad física y deportiva haya aumentado de forma significativa. Tan solo unos pocos llegan a competir a alto nivel y a disponer de atención médica especializada, pero tanto para ellos como para los que practican deporte a nivel recreacional, que son la mayoría, los beneficios de la práctica de actividad física superan claramente a los riesgos. En cualquier caso, es preciso tener en cuenta que en ambos grupos encontraremos unos pocos portadores de alguna patología cardiovascular, y que alrededor de uno de cada trescientos deportistas jóvenes será de aquellos que se asocian a mayor riesgo de muerte súbita cardíaca. Hoy sabemos que muchos de esos individuos no solo no tendrán que abandonar su práctica deportiva habitual, sino que con un consejo adecuado (tipo de actividad, intensidad, frecuencia, duración, precauciones especiales, etc.) podrán seguir disfrutando y obteniendo los múltiples beneficios para la salud de la práctica de actividad física regular. Esto afecta también a los deportistas de alto nivel, profesionales o no, ya que en la actualidad disponemos de un mayor conocimiento que nos permite conceder la aptitud para la práctica deportiva de competición a individuos que padecen enfermedades como la miocardiopatía hipertrófica o el síndrome de QT largo, siempre y cuando cumplan criterios de bajo riesgo, pasen las revisiones periódicas exigidas y sigan las recomendaciones y el tratamiento prescrito. Esto supone un rayo de esperanza para algunos de esos deportistas para los que hasta hace muy poco la única alternativa era abandonar la competición. Hoy en día incluso se contempla que algunos de esos casos controvertidos puedan ser solucionados con una decisión compartida tras informar al deportista de los riesgos inherentes a su cardiopatía y deporte. Todo ello ha sido posible gracias a la constancia y la pasión con las que el Dr. Peidro y otras figuras de la cardiología del deporte en distintas partes del mundo han trabajado en las últimas tres décadas. Gracias a todo ese trabajo, en la actualidad también somos mucho más precisos a la hora de detectar aquellas cardiopatías asociadas a un mayor riesgo de muerte súbita cardíaca durante la práctica deportiva o cuya progresión pudiera verse acelerada por la práctica de ejercicio de alta intensidad. Disponemos no solo de mejores métodos sino también de mayor número de profesionales con mejor formación. Muchas de las sociedades científicas de cardiología y medicina del deporte de todo el mundo, disponen de secciones y grupos de trabajo de cardiología del deporte que, publican documentos de consenso con guías y recomendaciones actualizadas periódicamente, e incluso programas curriculares (Sociedad Europea de Cardiología y American College of Cardiology) sobre los conocimientos que debe reunir un especialista en cardiología del deporte. También existen programas de formación con titulación de grado máster en Cardiología del Deporte e, incluso, algún programa de acreditación de centros de Cardiología del Deporte. Por todo lo anteriormente expuesto, creo que no hay duda de que el interés por la cardiología del deporte en el mundo es creciente y que por tanto esta obra viene a cubrir una demanda real. El hecho de haber dedicado una parte importante de mi vida a esta área, mi estima y admiración personal por Roberto Peidro y que el prólogo del primer libro lo escribiera una figura del nivel del Dr. Favaloro, hacen que mi contribución con estas líneas sea para mí un verdadero placer y un honor. 

Dr. Luis Serratosa/ Madrid, España