Lo femenino y el pensamiento complejo

Por Leticia Glocer Fiorini

Contacto

Graciela Rosenberg

Presidenta

Sobre este libro:

Este es el trabajo más completo sobre la cuestión de lo femenino. No hay dudas de que en el futuro va a ser considerado como la referencia sobre esta temática… Sus ideas van más allá de los clásicos teoremas sobre lo femenino y abren nuevos caminos. Será un texto de lectura imprescindible para el debate de tan actual tema.

Un fragmento:

Este volumen es el resultado de una línea de trabajo que vengo desarrollando desde hace tiempo. Se apoya en mi formación y práctica psicoanalítica, como así también en mis lecturas e intereses relativos a la mujer desde otros campos: filosófico, epistemológico, antropológico, histórico. Es parte de mi interés en los modos de pensamiento que subyacen a las conceptualizaciones sobre la mujer en psicoanálisis. Avanzar sobre la relación entre el psicoanálisis y lo femenino implica considerar las complejas relaciones que conciernen a la cuestión de la diferencia sexual y a la subjetivación, siempre problemática, del propio sexo. Intentaré reflejar un camino personal de selección de cuestiones y problemas, que está fundamentalmente relacionado con los dilemas e interrogantes que se me presentaron tanto en la práctica clínica como desde los desarrollos teóricos correspondientes.
Este recorrido teórico tiene un hilo conductor: desentrañar los impasse del pensamiento binario y de las concepciones esencialistas sobre la mujer y lo femenino. En este trayecto, mi diálogo con Freud es permanente y se conecta, fundamentalmente, con un aspecto de su modo de pensamiento: multicéntrico y complejo. Esto implica que no voy a seguir una cronología de su obra, como así tampoco de los autores posfreudianos que se dedicaron al tema.
En cada capítulo aparecerán otros autores con los que he discutido, coincidido o que han enriquecido mi manera de pensar. Pero todos ellos aparecerán en el contexto de un eje temático de un problema teórico o clínico.
Ningún capítulo cierra en sí mismo. Todos remiten en mayor o menor medida a puntos problemáticos, algunos de los cuales son desplegados en otros capítulos. Ciertos temas se superponen, pero esto fue necesario ya sea para seguir un hilo conductor en su desarrollo o porque algún concepto fue analizado en otro contexto y con otros referentes.
Circulan en este volumen cuestiones vinculadas al amor, al deseo, a la maternidad, al paso del tiempo, a la belleza.
En el capítulo “¿Por qué lo femenino?” se actualizan y amplían las problemáticas planteadas en el curso del libro a la luz de los cambios en las subjetividades que se constatan en las consultas actuales, en la vida cotidiana, en las teorías que intentan explicar estos cambios así como en las lógicas que las sostienen.
En el capítulo “La posición femenina. Una construcción heterogénea” se toma como punto de partida el debate Freud-Jones acerca de la femineidad primaria o secundaria. El psicoanálisis alberga diversas y muchas veces opuestas posturas teóricas acerca de las concepciones sobre la mujer y la diferencia sexual. Entre otras, si lo femenino es o no simbolizable; si es pasible de representaciones psíquicas o si entra en la categoría de ausencia, vacío, negatividad, carencia. Conectado con estas cuestiones, si existe o no una femineidad primaria y, en caso afirmativo, cómo se conceptualizaría. Este debate adopta en la actualidad formas cada vez más sofisticadas configurando concepciones excluyentes que atraviesan la teoría psicoanalítica. Mi propuesta será tomar como eje el entrecruzamiento del paradigma de la complejidad (Morin, 1986) con las teorías psicoanalíticas sobre la mujer y lo femenino, con la convicción de que los mismos elementos teóricos y clínicos cambian su significación al cambiar el eje que los ilumina.
En “Lo femenino y el campo representacional” se subraya la necesidad de explorar otros dominios, otras lógicas, además del “orden fálico”. Se analizan los conceptos de diversidad de géneros y femenino primordial y su relación con la diferencia sexual. Incluyo el concepto de violencia psíquica adicional como parte actuante en relación con la polaridad masculino-femenino.
En el capítulo “En los límites de lo femenino: lo otro” se analiza la relación de lo femenino con la categoría de otredad, y se subraya la polisemia de este concepto. Introduzco la idea de límite tal como la concibe el filósofo Trías (1991), como una zona de intersecciones y no como un elemento negativo en relación con un centro. La propuesta es aplicar esta noción al espacio intersubjetivo madre-hijo y, en otro plano, a la constitución de la subjetividad.
En “Lo femenino en las etapas medias de la vida” se enfatizan aspectos vinculados a la belleza, a las formas, y se los relaciona con ciertas crisis vitales y con el concepto de abyección de J. Kristeva (1980).
En “Amor y Poder. Las condiciones del amor en el discurso freudiano” se toman como punto de partida los desarrollos freudianos acerca de la escisión amor y deseo, en los que se destaca la apoyatura en el amor para la posición femenina y en el deseo para la posición masculina, de acuerdo con normas y figuraciones ideales de la pareja heterosexual.
En “Itinerarios de la vida amorosa. Discursos e ideales” se consideran los caminos del amor en relación con las categorías de repetición y diferencia. Se incluye en este análisis el concepto de sistemas abiertos para aplicarlo en el campo psicoanalítico. Asimismo, se subraya la relevancia de lo imaginario, que desborda las categorías de lo engañoso, lo ilusorio.
En “Maternidad y sexualidad femenina a la luz de las nuevas técnicas reproductivas” se consideran los aportes biotecnológicos en materia de fertilización asistida como disparador para revisar las concepciones acerca de la femineidad y la maternidad. La propuesta es desplegar un pensamiento multicéntrico sobre la maternidad que articule varios registros en coexistencia.
En el capítulo “Femineidad y deseo” se destaca la existencia de un tope en la concepción del deseo generado desde una carencia original. Se toman las concepciones de Deleuze (Deleuze y Parnet, 1980) sobre el deseo como producción, en tanto posible generador de otras opciones teóricas. Se incluye, además, otra perspectiva: el concepto de producción imaginaria, poiética, con efectos en la construcción de subjetividad.
En “Hacia una deconstrucción del universal mujer” se analizan las categorías de universal y singular en relación con la subjetivación femenina. Se consideran también los aportes y límites de la deconstrucción y la necesidad de un enlace con operaciones de mediación simbólica que generen nuevas significaciones.
En el capítulo “Entre el sexo y el género: el paradigma de la complejidad” se despliegan las teorías psicoanalíticas sobre la diferencia sexual y se consideran también las teorías de género. En ambos casos se subrayan sus aperturas y sus impasse. Se trabaja sobre las relaciones entre los campos trans e intersubjetivo y lo intrapsíquico, y se destaca la necesidad de una configuración compleja de los elementos en juego.
En el capítulo “Alteridad, diversidad y diferencia sexual” se efectúa un análisis crítico de conceptos tradicionalmente ligados a la femineidad tales como los que se refieren a una esencia enigmática de la misma como así también a las disyunciones inherentes a los modos dicotómicos de pensamiento. Se considera, además, la polisemia de lo femenino y los ejes que se plantean para la inserción del sujeto en un contexto de lazos sociales.
El capítulo “Diferencias(s). Nuevas construcciones” fue trabajado para esta reedición con la perspectiva de establecer un hilo conductor entre las cuestiones y problemáticas planteadas en el curso del libro, con énfasis en el trabajo en los espacios-límite, en las fronteras, para poder descentrar los atolladeros del pensamiento binario. Sobrepasar las disyunciones dicotómicas (género versus anatomía, deseo inconsciente/psicosexualidad versus género, entre otras opciones dualísticas) fue parte de este proyecto.
El trabajo con anudamientos entre diferentes tipos de vectores forma parte de las propuestas de este recorrido. Las mediaciones y disyunciones entre los cuerpos sexuados, los seres genéricos y los sujetos de la diferencia sexual se incluyen, con su multivocidad, en estas proposiciones. La necesidad de analizar su genealogía y deconstruir sus significaciones marca el itinerario de este texto.
En varios capítulos trato las concepciones de Foucault (1979, 1984) sobre el poder, que sitúan las relaciones de poder-dominio como constitutivas de las relaciones humanas. También se pueden extender a la polaridad masculino-femenino y son fuente de transmisión de enunciados identificatorios a través de las relaciones del niño con el objeto primario y con sus objetos edípicos. En el curso del volumen se despliegan cuestiones que conciernen a las relaciones entre lo femenino y el universo simbólico así como al concepto de carencia en conexión con un tema controvertido: la relación entre sujeto y femenino que la modernidad no pudo resolver.