Borges babilónico - Una enciclopedia
Sobre este libro:
Borges babilónico propone un recorrido, desde la A hasta la Z —de “1910, el año del cometa y del Centenario”, pasando por los versos “A fair field full of folk”, los nombres “Dabove, Santiago” o “Keaton, Buster”, los términos “memoria” y “censura”, los lugares “Jardín Botánico” o “Buenos Aires”, hasta “Zunz, Emma”—, por más de mil entradas que permiten descifrar temas, referencias o citas que aparecen en la obra de Jorge Luis Borges. Para algunos lectores y críticos, los cuentos, la poesía y los ensayos del escritor se caracterizan por la invención de geografías imaginarias, lugares fantásticos o animales fabulosos. Otros resaltan su forma singular de aludir al tiempo y a la historia. Borges circuló entre realidades e invenciones, fabulaciones y verdades, y proporcionó distintas e infinitas lecturas. Con la dirección de Jorge Schwartz, más de setenta colaboradores escribieron cada una de las diferentes entradas para acceder a esta suerte de enciclopedia. “Para ser fiel al espíritu borgiano, recomendamos que el Borges babilónico, además de obra de consulta, sea también de lectura. Será una fuente continua de sorpresas; por ejemplo, leer a Robert Louis Stevenson entre Josef von Sternberg y Snorri Sturluson responde a una lógica semejante a la idea de ‘buena vecindad’ de la biblioteca de Aby Warburg.”
Fragmento:
Prólogo a la edición argentina
Jorge Schwartz
En 2017 se publicó en San Pablo, por Companhia das Letras, el Borges babilônico. Uma enciclopédia. Hacerlo ahora en Buenos Aires con el Fondo de Cultura Económica es un sueño realizado. Aprovechamos la oportunidad para encargar nuevas entradas, a fin de reparar ciertas ausencias que, sea por lapsus o por las propias características de la elaboración de un diccionario, se produjeron en la versión original. De los 66 colaboradores iniciales, llegamos ahora a la suma de 75.
Entre otras entradas, no podría faltar la de “nazifascismo”, de Annick Louis, una ausencia de peso en la edición brasileña. Aunque no hemos trabajado títulos de obra crítica, lo que sería una tarea insana, decidimos incluir una entrada de Júlio Pimentel Pinto sobre el Ficcionario, editado por Emir Rodríguez Monegal (1985), por el carácter original y también enciclopédico de la publicación, hoy una obra de referencia obligatoria.
Una reseña del monumental Borges, de Adolfo Bioy Casares, debía estar presente en esta edición, e Isabel Stratta hizo una excelente. Cuatro décadas de “Borges come en casa” (registros de 1947 a 1987, a lo largo de 1.663 páginas) revelan los bastidores de un diálogo donde surgen prejuicios y opiniones que no asoman en la obra literaria de los dos escritores, por lo menos de forma denotativa.
La intimidad de ese diálogo espontáneo y prácticamente ininterrumpido reveló, entre otras cosas, una recurrente homofobia. Nos pareció un asunto que no podía estar ausente y, por ello, encargamos el término a Daniel Balderston. La observación de Bioy de que “para Borges el sexo es sucio” (mencionada en la nueva entrada “censura”, de Gonzalo Aguilar) hace que también sea tratada la delicada y tan comentada e interpretada cuestión de la sexualidad de Jorge Luis Borges.
Debido a un verdadero lapsus no figuró en la edición brasileña “H. Bustos Domecq”, falta que subsanamos hoy con otra importante contribución de Gonzalo Aguilar. Aunque habíamos decidido no interpretar personajes, surgieron en la edición brasileña algunas excepciones, como Beatriz Viterbo (¿cómo ignorarla?), Pierre Menard o Ts’ui Pên, personajes emblemáticos. En este sentido, también nos pareció importante agregar “Emma Zunz”, de Horacio González, quien fue durante diez años director de la Biblioteca Nacional (2005-2015) y autor de Borges. Los pueblos bárbaros (2019). Lamentamos hoy
su ausencia; su incorporación al Borges babilónico no deja de ser nuestro pequeño homenaje. Otra gran pérdida es la de Adriana Astutti, fundadora de la editorial Beatriz Viterbo en Rosario. A nadie mejor que a ella se podría encargar esa entrada; con mucha delicadeza nos dice: “Hacia 1991, quizá para hacer de su costumbre de no abrir los libros que los escritores le hacían llegar una profesión, se hace editora bajo un sello que lleva su nombre”. Antonio Fernández Ferrer (autor de Borges A/Z y Ficciones de Borges. En
las galerías del laberinto) nos brinda la entrada “Franco Maria Ricci”, editor italiano sofisticadísimo, amigo de Borges y ausente hasta hoy en otros diccionarios y enciclopedias. Asimismo, encargamos la entrada “Evar Méndez” a Carlos García de Hamburgo por sus conocimientos como especialista en las vanguardias históricas. La entrada revela una sólida investigación basada en su libro La ardiente aventura. Cartas y documentos inéditos de Evar Méndez, director del periódico Martín Fierro, en coautoría con Martín Greco. Recuperar esa figura histórica significa una de las contribuciones necesarias del Borges babilónico. Algunas entradas fueron revisadas y reescritas. Agradezco las versiones corregidas a Julio Schvartzman y, especialmente, a Magdalena Cámpora por el nuevo “Flaubert”.
Originalmente, tuvimos mucho cuidado en que no faltasen las principales revistas en las que Borges había colaborado; en este sentido, Sur, El Hogar y Los Anales de Buenos Aires merecieron excelentes análisis. Agregamos ahora, gracias a la colaboración de la franco-argentina Annick Louis, la Revista Multicolor de los Sábados, una publicación ignorada durante mucho tiempo en los estudios borgianos.
A pesar de que no hubiese títulos de artículos, nos pareció de suma importancia incluir el excepcional “El escritor argentino y la tradición”: “Tal vez la mejor ilustración de la idea borgiana de que el tiempo y el contexto reescriben los textos”, como nos dice el autor de la entrada Guido Herzovich. Los abordajes propios de los estudios culturales convirtieron este ensayo en un clásico que no cesa de ser referido en muchas entradas del Borges babilónico. La calidad de los textos traducidos del portugués no sería la misma sin el rigor de Patricia Artundo y su pasión por la investigación; se deben a ella muchas de las correcciones y actualizaciones: es ella una conocedora profunda de las vanguardias argentinas y brasileñas, especialmente de Mário de Andrade, así como del universo de Borges (Correspondência. Mário de Andrade & Escritores/Artistas Argentinos y Mário de Andrade e a Argentina). Me atrevo a afirmar que la argentina es una edición que, además de aumentada, ha sido mejorada. Usurpo la opinión de Borges sobre William Beckford, en la que afirma que “el original es infiel a la traducción”. Mucho se le debe también a Gênese Andrade, a quien le cupo la tarea de traducir todas las entradas del español al portugués en la edición brasileña, recuperándolas ahora con las debidas actualizaciones y referencias cruzadas. En cada momento, ambas fueron clave para la concreción del Borges babilónico. Agradezco a Miguel de Torre Borges (1939-2022), sobrino de Borges y autor de Borges. Fotografías y manuscritos (1987) y Apuntes de familia (2019), por las varias correcciones y observaciones que nos hizo, en especial relacionadas con el universo familiar de Borges. Para ser fiel al espíritu borgiano, recomendamos que el Borges babilónico, además de obra de consulta, sea también de lectura. Será una fuente continua de sorpresas; por ejemplo, leer a Robert Louis Stevenson entre Josef von Sternberg y Snorri Sturluson responde a una lógica semejante a la idea de “buena vecindad” de la biblioteca de Aby Warburg. Me apropio para eso de las palabras de Daniel Molina en su Autoayuda para snobs (Paidós, 2017), cuando recomienda “a los lectores perderse entre las páginas, abandonar, volver a intentarlo, no preocuparse por seguir un orden preestablecido, releer. Sorprenderse al encontrar nuevos sentidos a lo ya leído”.
Nota bene: después de tantos años de la publicación del original brasileño, ha sido una alegría volver a entrar en contacto con prácticamente todos los responsables por la redacción de las entradas, pero me refiero especialmente a los exalumnos de Universidade de São Paulo que, durante años y por amor a la literatura, investigaron el infinito universo de Borges. San Pablo, diciembre de 2021.